Proyecto Fátima -Caminata sensorial-
La experiencia me hizo sentir miedo, caminé con los brazos levantados cubriéndome y encogiendo los hombros, buscando tener contacto constantemente con algún compañere. Me di cuenta la importancia de estar acompañado, aunque no podía ver y escuchaba muy poco, y la otra persona estaba en la misma situación, el tener alguien que caminaba con vos te aportaba mucha seguridad, y sobre todo cuando depositabas la confianza en que la persona delante tuyo te marcaba el camino. Me llamó mucho la atención como un lugar y un recorrido que transito casi todos los días paso a ser tan desconocido. En casi todo momento, no supe dónde estaba. Otra situación que me pareció muy interesante fue que cuando nos olimos entre nosotros no pude reconocer a nadie por éste sentido. Pero más tarde, ya terminada la experiencia, me crucé con una compañera en el pasillo y al saludarla me di cuenta inmediatamente que había sido ella a quién había olido, y al consultarle, así había sido. En fin, fue una situación